CIENCIAS

Ana, Farmacia

En segundo de bachiller me intenté hacer daño con un cuchillo en la mano. Una persona me comentó que debería ir al médico pero me quedé un poco como... ¿qué me estás diciendo? Hablé con mis padres y me dijeron que no porque eran muchas pastillas. En el segundo año volví hablar con ellos y me dijeron que sí.  Estoy  tratada.

 

Primeramente, hablé con el enfermero. Me miró en cara de... como diciéndome que le daba pena ... el pobre estaba solo mirándome. El psiquiatra me dijo que tenía trastorno ansioso-depresivo. Al principio lo llevaba súper mal... ¡vaya mierda!  ¿Por qué me paso esto, que habré hecho como para haber llegado hasta aquí?

 

Mis padres se sorprendieron. Para ellos es más la impotencia. Mi madre me dice que no es una de esas enfermedades en las que puedes poner dinero para pagarlo todo y te curas. No, sino que se curará con el tiempo. Me curaré de la enfermedad cuando Dios quiera.

 

Poco a poco fui mejorando, una persona me dijo que Dios me lo dio para corredimir las almas. Tú con eso puedes llevar a gente al cielo.  Al principio me quedé como OK… Pero poco a poco le fui rezando a Dios, y también con la ayuda del santo Don Eduardo Ortiz.

 

Ayer cuando rezaba, me dije, "si no tuviera esta enfermedad, que es mi Cruz, no podría estar ahora mismo creciendo en virtudes, como la generosidad y sobre todo en  la humildad". Con la ayuda de Dios lo voy llevando mucho mejor, aunque mis padres se preocupen. Pero allí andará todo poco a poco según la voluntad de Dios. Me agarro en Dios. Voy a salir de ésta cuando Tú lo quieras. Es la única persona de la que puedes sacar fuerzas. Es el único en el que puedo agarrarme y aferrarme, es la manera en la que me hace más fuerte y crecer en la fe.

 

Me encanta ayudar a los demás y me gustaría que  si lo cuento, sea para ayudar. Que haga aprender algo a alguien. Dios no es una persona lejana sino cercana, Él siempre está contigo. Él te manda la enfermedad pero también te manda la fuerza. Él nos busca todos los días en nuestra vida cotidiana para que nos encontremos con Él, y Él, para mí, ha elegido esta manera para encontrarle en mi camino.