EDIFICIO CENTRAL

Vivo en Aibar, y todos nos conocemos. Cuando tuve que elegir universidad muchos conocidos me aconsejaron que viniera a esta universidad por las prestaciones, por las instalaciones, por el trato y por las oportunidades que te ofrece esta universidad, también por el prestigio que tiene. Hubo una jornada de puertas abiertas y vine aquí con mis padres, nos encantó el trato que recibimos y la universidad en general.

 

Hasta ahora lo que más me ha gustado de mi carrera es el ambiente que tenemos en clase y psicología, que es una asignatura que me ha sorprendido montón. Cuando decidí estudiar esta carrera hablé con tres familiares que son docentes, dos tíos y una tía mía, ellos me aconsejaron, me hablaron de su trabajo, de lo bien que se sentían al llegar a casa… y la verdad que yo me llevaba bien con los profesores de mi pueblo y para ir al instituto siempre me los encontraba en el autobús y se les veía siempre con felicidad y los niños les apreciaban y ellos a los niños también.

 

Me encanta la historia, después de los deportes es el mayor hobbie que tengo, estuve a punto de elegir estudiar historia, es algo que me apasiona. Sé bastante sobre ello. Estudiar historia era mi primera opción en realidad, pero, al hablar con mis padres y teniendo en cuenta las salidas finalmente decidí estudiar magisterio. Para mí la opción final ha sido correcta, no creo que me arrepienta nunca.

 

Otra cosa que me gusta es hacer voluntariado, soy una persona que tiene la mente abierta, para educar es algo fundamental. Este verano estuve ayudando en Sangüesa en una casa, la llamamos casa Tasubinsa y es una casa donde se ayuda a gente con síndrome de down, además, a principios de verano también estuve en el albergue de Aibar ayudando a gente que suele venir necesitando ayuda. Hacíamos actividades, pasábamos tiempo con esas personas haciéndoles sentir que son uno más, haciéndoles pasar un rato agradable. Estas experiencias me llenan mucho como persona.