AMIGOS

El año pasado decidí que quería estudiar esta carrera porque en un futuro me gustaría trabajar en las Naciones Unidas y creo que esta es la carrera más adecuada. Aunque tuve en mente ir a estudiar a Estados Unidos o a Italia decidí venir a estudiar a España porque me parece un país lleno de cultura. Pamplona en concreto me encanta, aunque al principio no tuve esta impresión, después de estos meses aquí me parece una ciudad pequeña que tiene historia y en la que es muy fácil conocer a mucha gente.

 

Me he hecho muy buenas amigas, vivo en un colegio mayor con todo chicas y me río demasiado, por las noches corremos unas a los cuartos de otras, me llevo genial con chicas que igual no estudiamos lo mismo pero somos amigas. Hay chicas a las que les tengo ya un cariño muy grande, estoy muy contenta, son una bomba todas.

 

A veces me agarra un mal de patria pero ahora mi corazón está dividido entre Pamplona y Costa Rica. Soy hija única y extraño mucho a mis padres, mi papá es abogado y es un ejemplo, extraño a mi familia bastante y estas navidades voy a verlos.

 

Mi sueño es poder trabajar en las Naciones Unidas porque no solo quiero hacer un cambio en mi país, sino ayudar a hacer un cambio global, algo que tenga proyección en todo el mundo y creo que en las Naciones Unidas ayudan tanto al país del que proviene la persona como a países que tienen problemas mundialmente proyectados.

 

Aunque nunca he estado en la ONU, sí he estado en todos los Modelos de las Naciones Unidas en Costa Rica. Estudiaba en el colegio Lincoln en el que yo fui la directora del comité de Derechos Humanos y me encantó la experiencia. Mi comité de los Derechos Humanos se centraba en los derechos humanos de la mujer con respecto a la "female genital mutilation" (mutilación de genitales femeninos), entonces ahí empezó todo, ahí fue donde dije: “esto no me parece ni un trabajo, me gusta, me interesa. De verdad quiero hacer esto”. Tras eso fue cuando contemplé la idea de hacer derecho, porque no sólo tiene todas las opciones que me gustan sino que también me sirve para hacer lo que yo quiero.

 

En el colegio nos reunían y nos llevaban a otros colegios y discutíamos y debatíamos defendiendo nuestro comité, también nos daban la oportunidad de ir a Georgetown y a Harvard. Una cosa que destaco de esta experiencia fue el ponerse en el lugar de países que uno nunca se imaginó que iba a tener que defender, como Sudán, país que tuve que defender en el tema de los derechos de la mujer. Era muy interesante tener que ponerme en contra de cosas con las que yo, como mujer, no estaba de acuerdo, pero tenía que ponerme en el lugar de las mujeres nativas de allí y empatizar totalmente con ellas. Esto era muy intenso, uno de verdad llegaba a entender cómo en otros países entienden cosas que uno al vivir en un país tan libre no ve. Me ayudó como persona, me gustó y de verdad fue cuando decidí que quería dedicarme a eso el resto de mi vida, porque es ver otros puntos de vista, crecer juntos, no es cuestión de que un país sea más cerrado que otro, no es cuestión de falta de cultura, es cuestión de que todos nos abramos un poco para ayudarnos a todos.